Primeras sensaciones tras la vuelta
Después de cinco semanas fuera de nuestro hogar, país y familia, ha llegado la hora que en un primer momento parecía tan lejano, pero que echando la vista atrás, ha transcurrido en un abrir y cerrar de ojos, volver a España.
Ahora es cuando nos sentimos “raros” dentro de nuestras propias casas, y la razón es que ahora un pedazo de nuestros corazones, ha decidido quedarse en la maravillosa Guatemala.
Han sido tantas experiencias y momentos compartidos, que resultaría complicado narrarlos uno a uno. Pero vamos a intentarlo, al igual que hemos hecho en la escuela Marista, abrirnos y haceros sentir esta experiencia tál y cómo la hemos vivido:
Por un lado la apertura y accesibilidad, que aunque no fue desde un primer momento, tanto los alumnos de PrePrimaria, Primaria, Básico (ESO) y Bachillerato, han mostrado hacia nosotros. Multitud de situaciones personales y familiares que les abordan, acontecen y con las que deben lidiar diariamente. Aún así día a día nos han regalado una sonrisa, palabras, gestos o un presente como muestra de agradecimiento, y lo peor de todo es… que sólo nosotros podemos darles las gracias por el tiempo compartido. Son niños, adolescentes… todos maravillosos que día a día te enseñan que el mayor regalo se encuentra en las cosas más pequeñas y cotidianas de la vida. Cómo con menos siempre es más, y cómo en la búsqueda de la verdadera felicidad no existe en muchas de las cosas de las cuales nosotros seríamos incapaces de desprendernos.
La Comunidad Educativa siempre preocupados e interesados, tanto en nuestro estado anímico, personal, profesional, y muy conscientes de las individualidades de cada uno de sus alumnos. Por otro lado el interés mostrado en que conociésemos su maravillosa cultura, país y facilitándonos el poder conocer lugares con un encanto especial.
Por otro lado, la increible labor que realizan los Hermanos, no sólo en el propio colegio sino en la zona 6. El carisma Marista presente en todo su explendor: sencillez, cercanía y espíritu de familia. Preocupados e involucrados en todos lo ámbitos del colegio, siguiendo la consigna de nuestro Padre Fundador, San Marcelino Champagnat:
“Un mismo corazón y un mismo espíritu”
Siendo participes en todo momento de la vida del colegio, y luchando diariamente en contra de las adversidades que van surgiendo en el día a día.
Gracias otra vez por la acogida tanto en el colegio, como a la Comunidad de Hermanos, compartiendo desde el tiempo de oración o paseos por Guatemala a muchas y muy divertidas sobremesas. Gracias por enseñarnos tanto vuestro buen hacer, como la obra misión y valores que tanto Hermanos como Laicos debemos compartir. Gracias por vuestras palabras, gestos y trabajo bien hecho.
Muchos Hermanos y voluntarios de SED ya nos avisaron que Guatemala nos encantaría, pero nadie nos advirtió de que nos enamoraríamos de ella y la echaríamos de menos tan pronto.
Gracias a TODAS las personas que han hecho posible llevar a cabo esta aventura y por supuesto a todos los que de una u otra forma, habéis formado parte de ella. Porque esto no es una despedida, es simplemente un hasta luego. Os llevamos en el corazón, y ¡Gracias por compartir!
Conchi y Raúl.
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