La verdad es que ya hay poca verdad
Librarse del ruido, del estrés, del “que dirán”, del asfalto y el ladrillo; botar la desconfianza, las preocupaciones banales, la pereza… Deshacerse de todo y quedarse con la verdad, con reír, gritar, respirar, vivir y estar. La verdad, es que ya hay poca verdad. Allá de dónde nos hacemos llamar primer mundo, si es verdad que somos los primeros, es en olvidar lo esencial.
Compartimos uno de esos momentos de verdad, desde una experiencia con la comunidad de Ipias (San José de Chiquitos, Bolivia) que conmueve el corazón. Un día de convivencia en el entorno natural de Aguascalientes con las mamás y niños de esta comunidad que deja una huella en nosotros.
Quedará grabado en nuestro recuerdo con una felicidad plena que invade el alma. Solo hay espacio para ser uno mismo.
Nos llevamos mucho de estas personas, de sus vivencias y sus miedos y sobre todo de su manera de ver el mundo. Uno cargado de positivismo y energía, donde abren su corazón y la puerta de su casa para tratarnos como uno de más de la familia.
Daniel de la Cueva, voluntario de SED en Bolivia
Fantástico!! Cuanta verdad tiene tu testimonio!! Gracias por compartir tus vivencias para que intentos volver a la verdad! Un abrazo