CTM Guatemala

1
¿Derecho a la sanidad?
2
Los “no derechos” de la infancia
3
Mujeres trabajando por y para mujeres
4
Detrás de esa mirada…
5
¡VOLANDO A GUATEMALA!
6
Futuro Vivo y la ONGD SED combaten a la COVID 19 en Guatemala
7
“La beca de SED me motiva mucho a poner más de mi parte en los estudios”
8
Siempre hay que seguir adelante, un ejemplo de esfuerzo y superación
9
Primeras sensaciones tras la vuelta
10
Mujeres trabajando para mujeres

¿Derecho a la sanidad?

El sistema sanitario en Guatemala es bastante deficitario. Falta de medios, medicinas, profesionales… Si nos vamos a las comunidades de indígenas nos encontramos con un verdadero problema.

 

Si no tienes un buen trabajo, el seguro te cubre muy poco. Incluso si vas al médico y, en ese momento, no tiene disponible la medicina que necesitas, te tienes que ir a la farmacia a comprarla sin ningún tipo de descuento.

En algunas comunidades de Alta Verapaz, en las montañas donde viven nuestros alumnos, existen pequeños consultorios donde te recibe un enfermero, nunca un médico, que establece el diagnóstico y la medicina que tiene que administrarte. Estas consultas no suelen estar siempre disponibles porque un solo enfermero se encarga de varias comunidades y, en ocasiones, se tiene que desplazar de una a otra. Si además tenemos en cuenta la falta de farmacias donde comprar el medicamento, todo se complica.

Los indígenas no suelen ir al médico. Muchos de ellos prefieren tirar de curanderos para solucionar sus problemas de salud. Cuando ya no tiene remedio acuden al médico y, en algunas ocasiones, se mueren por el camino. A algunas comunidades no se puede acceder nada más que a pie. Me cuentan, que cuando alguien enferma, le suben en una especie de camilla y las personas de su comunidad le bajan andando hasta el puesto médico más cercano.

Las mujeres embarazadas suelen dar a luz en sus casas. Esto no sería un problema en circunstancias normales donde, si surge un problema, puedes acudir al hospital más cercano. La falta de higiene y de control del embarazo originan complicaciones en el parto. Muchos niños mueren durante él y algunas mujeres también. Por eso, no inscriben ni  le ponen nombre al recién nacido hasta que han pasado 40 días.

Las hermanas, junto con la comunidad de hermanos maristas de la ciudad de Guatemala, han montado en la escuelita un pequeño consultorio para atender a las familias de la escuela y las de las comunidades cercanas.

Allí pasa consulta un pediatra, Don Ricardo, dos veces a la semana de forma gratuita. Un dentista va otros dos días y una enfermera se encarga de la consulta todos los días, de lunes a viernes. He tenido la oportunidad de hablar con el médico pediatra y me cuenta que el sistema sanitario guatemalteco es tan corrupto como el resto de las instituciones del país.

Se encuentra con falta de higiene, casas muy poco acomodadas con suelos de tierra que generan enfermedades respiratorias, diarreas continuas y una alimentación muy deficitaria que, con la pandemia, se ha empobrecido más.

Los dientes se pican debido a la falta de higiene y a la mala alimentación. A muchos de los niños, cuando se les caen, no les vuelven a salir. Antes de la pandemia, las hermanas tenían en la escuela un cepillo para cada niño. Ahora no lo pueden hacer y me comentan que, en muchas ocasiones, los que se cepillan los dientes en casa, lo hace toda la familia con el mismo cepillo.

El pediatra y el dentista intentan llevar a cabo una medicina preventiva porque creen que es la única manera de solucionar el problema de la falta de asistencia y medios médicos. Pero lo tienen difícil.

Me dice que el gobierno se olvida de la existencia de esta población bastante maltratada. Ni siquiera cuando acuden a los hospitales por su recomendación, existe un traductor que les ayude a entender lo que está pasando. Muchos se dan la vuelta y mueren en el camino.

La pandemia sigue su curso pero no se adoptan medidas drásticas para solucionar o mitigar el problema. La campaña de vacunación avanza y, en la escuela, se hace hincapié en la necesidad de que todos se pongan la vacuna. Mientras, nuestros alumnos en casa, haciendo que la brecha entre ricos y pobres sea más y más ancha.

Los “no derechos” de la infancia

Los derechos de la infancia son vulnerados en todas las partes del mundo. Posiblemente al doblar la esquina de tu casa, sin que te des cuenta.

Pero en los países poco desarrollados salta a la vista de cualquiera que los visite.

DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA

Las viviendas en esta zona de Alta Verapaz son de madera. No os imaginéis una bonita cabaña en la sierra.

Son tablones de madera entre los que entra la lluvia, el frío y el polvo.

Sus tejados son de láminas que se recalientan con el sol y dejan pasar el frío del invierno y el agua de la lluvia.

Para terminar esta construcción, el suelo es de tierra lo que implica una falta total de higiene y la transmisión de muchas enfermedades como la diarrea, enfermedades respiratorias….

Por supuesto, no tienen agua corriente y muy pocas de ellas luz eléctrica. Por esta razón, no pueden tener refrigeradores donde poder conservar la comida en buen estado.

Normalmente consta de una sola sala, dos a lo sumo, donde convive toda la familia e, incluso, algún animal. El baño no existe, suelen tener una letrina fuera de la casa.

DERECHO A LA ALIMENTACIÓN

Alta Verapaz es el departamento con más casos de desnutrición infantil. Con la pandemia se han agudizado los casos. Los padres se han quedado sin el poco trabajo que tenían y a los hogares han dejado de llegar los pequeños ingresos que de ellos obtenían.

El cierre de las escuela ha dejado a muchos niños sin el alimento que en ella recibían

Por esa razón, las hermanas se han empeñado, a pesar de las prohibiciones, en que los niños lleguen a la escuela a comer por lo menos dos veces en semana.

Además, han conseguido un proyecto que les abastece de alimentos para que las familias puedan alimentar a sus hijos. Una vez por semana, las madres acuden a unas charlas y, a cambio, reciben una bonita bolsa de comida que tanta falta les hace.

Se pesa y se mide a los niños y niñas una vez al mes y se hace un seguimiento de su evolución. En este momento, hay dos casos de desnutrición un poco más severa. A estos niños, se les da un desayuno diario en la escuela para asegurarse de que no se lo toma ningún otro miembro de la familia. También hay dos casos de sobrepeso por una mala alimentación.

DERECHO A JUGAR

Algo que me ha llamado la atención es que los niños, fuera de la escuela, dedican poco tiempo a jugar o nada.

La mayoría de ellos ayudan en pequeños trabajos en casa y, con el cierre de las escuelas, ha aumentado esta práctica. Los niños pasan más horas en casa y, si se puede ayudar en la economía familiar, bienvenido sea.

Además, este trabajo está bien diferenciado en función del género: las niñas ayudan en las tareas de casa. “Trapean”, van al molino a moler el maíz, lavan “cacharros” e incluso van cargadas con sus cestas llenas de ropa para lavarla.

Los niños no hacen quehaceres del hogar. Ellos acompañan a sus padres a “chapear” (limpiar el campo con el machete), a recoger café o cardamomo o a poner ladrillos en la obra.

No estoy hablando de niños y niñas mayores, estoy hablando de críos de 8, 9, 10 años.

Como veis, algunos niños y niñas no tienen la infancia que se merecen.

En algunos países, al gobierno les importan poco o nada los niños y las denuncias caen en saco roto.

Me quedan otros “NO DERECHOS” de los que hablar, pero será en otro capítulo.

Mujeres trabajando por y para mujeres

Una de las cosas que más me gustan del proyecto de Futuro Vivo, es que educan a la familia al completo. Entienden que para que haya un cambio, toda la familia tiene que estar dispuesta a hacerlo.

Uno de sus proyectos, el de alfabetización de las mujeres, es de los más interesantes. En la zona de Alta Verapaz, hay mucha población analfabeta y con poco acceso a la educación fuera de la primaria y esto se multiplica en el caso de las mujeres. Se casan a edades MUY tempranas y enseguida tienen hijos.

Las hermanas, con ayuda de SED, montaron este proyecto con el fin de facilitar a las mujeres la adquisición de herramientas básicas para poder moverse por la ciudad, ser un ejemplo para sus hijos y poder ayudarles en un futuro. Ellas acuden a sus clases a aprender a hablar en castellano, escribir, sumar y restar… Cursan sus grados y se examinan para poder obtener su titulación.

No se trata solo de alfabetización. Se trata de darles su sitio, su importancia, su “ratito”, de empoderarlas en un mundo de hombres donde ellas, “solo”, son madres y “esclavas” de toda la familia.

Durante este tiempo de pandemia, las cosas se han complicado. Tienen miedo a acudir a la escuela y, el tener los niños en casa y la carga familiar, no les facilita disponer de un ratito para ellas.

Estuve con las profesoras visitando a las madres en sus comunidades para intentar animarlas para que no dejasen  las clases.

 

Fue emocionante ver cómo este grupo de profesoras tan jóvenes, se “enfrentaron” a ellas y lograron convencerlas de que la escuela era un lugar seguro y ellas, las madres, se merecían un respiro entre tanto trabajo. Al día siguiente, las clases funcionaron con la “normalidad” que deja esta pandemia.

Me encanta ver a “mujeres trabajando por y para mujeres”.

Detrás de esa mirada…

 

 

Detrás de esa mirada hay mucho miedo. Miedo a lo desconocido, al no saber qué está ocurriendo, por qué los niños y niñas no van a la escuela.

Miedo porque falta información. Miedo porque el pasado y los recuerdos de sus mayores vuelven a resurgir.

Guatemala está en una situación muy complicada. La vacunación va muy lenta porque sus líderes, una vez más, no gestiona con cabeza. Además, hay que añadir que la gente tiene miedo a vacunarse. Muchos indígenas piensan que el Gobierno quiere acabar con ellos y les vacunan para esterilizarles. La falta de información es notable entre estas montañas.

En la ciudad la gente se contagia, no llevan mascarilla y la falta de higiene es brutal. No creo que nadie informe de la enfermedad. La gente seguirá trabajando aún infectada, al fin y al cabo hay que seguir comiendo y aquí, la mayoría, vive al día. Si no trabajas hoy, no comes.

Las escuelas llevan casi dos años cerradas. Los maestros tienen miedo al contagio aunque, seguramente, muchos de ellos anden por la calle sin ninguna medida higiénica. Los niños acuden a ellas para recoger la tarea pero nadie les explica, en casa no saben hacerlo y nadie les controla.

La brecha educacional se está haciendo ENORME. Han comenzado a vacunar a los maestros. Esperemos que tomen conciencia del daño que se está haciendo y se pongan a trabajar.

Y en medio de este caos, FUTURO VIVO vuelve a estar a la altura de su gente.

El Gobierno no lo permite de forma oficial pero, de “extranjis”, se han abierto escuelas y, con un protocolo impecable de desinfección, reciben a los niños de tres en tres para darles sus clases presenciales y el plato de comida que tanto necesitan.

Algunas familias tienen miedo de llevarles. Otras hacen el esfuerzo, probablemente, más por la comida que por la enseñanza. Da igual por lo que vengan. El caso es que pierdan lo menos posible.

Hoy se celebra la Virgen del Carmen, patrona de las Carmelitas.

Esperemos que ella les acompañe y cuide porque más personas como ellas hacen falta en el mundo. Su fuerza, constancia y duro trabajo con los más necesitados, es digno de admiración.

Detrás de esta mirada, en FUTURO VIVO, hay esperanza.

 

Feliz día del Carmen y… ¡hasta pronto!

Silvia

¡VOLANDO A GUATEMALA!

BUSCA LAS CINCO DIFERENCIAS

 

 

¡HABÉIS ACERTADO!

Este año regreso a Guatemala.

 

A pesar de las dificultades de la pandemia, no me he podido resistir a volver a mi “casita” de Guatemala con toda esta “maravillosa familia” que me espera,eso creo, con los brazos abiertos.

Después de un año bastante complicado, necesito volver a reencontrarme con estas familias que tanto cariño y fuerza me dan cada vez que vengo.

Son momentos difíciles, y recordarles que seguimos a su lado, creo que es importante.

Espero poder contaros un montón de cosas bonitas y, a mi vuelta, con el alma sosegada y cargada de todo el amor que voy recogiendo de cada uno de esos bonitos ojos que ahora cobran especial importancia, compartiré con vosotros cada uno de los momentos que hoy comienzo a vivir.

Mientras, os dejo las imágenes de una realidad que mi lápiz reflejó la última vez que estuve aquí. Pronto se convertirán en instantáneas que compartiré con vosotros si queréis seguirme en este blog.

Un abrazo desde Guatemala.

Silvia

 

Futuro Vivo y la ONGD SED combaten a la COVID 19 en Guatemala

Esta crisis golpea a Guatemala en un mal momento, ya que se encuentra entre los países con mayor grado de riesgo de reducción de la capacidad adquisitiva para acceder a alimentos. Según el informe Seguridad Alimentaria elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), el coronavirus repercutirá en un aumento del hambre y la pobreza en la región. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ya estima que en 2020 el número de personas empobrecidas en la región subirá de 186 a 214 millones, y el de las personas en  situación de pobreza extrema podría aumentar de 67.5 a 83.4 millones.

La mayoría de guatemaltecos apenas logra cubrir las necesidades básicas. En el país la pobreza alcanza aproximadamente un 60% y la extrema pobreza un 24%. Esto quiere decir  que la mitad de la población guatemalteca es pobre y una cuarta parte se encuentra en pobreza extrema. Se calcula que estos porcentajes aumentarán debido a la crisis provocada por la pandemia.

La emergencia sanitaria derivada de la COVID-19, nos ha llevado como institución (Futuro Vivo) a dar respuestas  urgentes. Una de las acciones inmediatas ha sido proporcionar alimentos e insumos de higiene a las familias que pertenecen al programa. Además, hemos seleccionado a adultos mayores, en gran medida solos, y a madres solteras, aunque no estén inscritos a ninguna de nuestras acciones. Con el apoyo de SED se ha hecho entrega, hasta el momento, de 160 bolsas a familias del programa y 100 bolsas a personas en situación de alta vulnerabilidad. Agradecemos enormemente la solidaridad mostrada hacia nuestro pueblo guatemalteco.

Hermana Savina Almonte | Futuro Vivo (Guatemala)

“La beca de SED me motiva mucho a poner más de mi parte en los estudios”

Juan Carlos Quino Quino es un muchacho de 19 años que estudia en el ITECK de Guatemala como interno. Vive en un cantón (aldeíta) de Xelatenango, a más de dos horas y media de distancia del centro educativo. Son siete hermanos de familia, cinco chicos y dos chicas. Todos están estudiando e incluso algunos ya se han graduado, pese a que su padre es jornalero y su madre se ocupa de las tareas de la numerosa familia.

Juan Carlos cursa el 5º grado de Electrónica y pese a su edad no ha perdido ningún curso. Es un buen estudiante y le encanta la computación y la electrónica, pero tuvo que dejar de estudiar durante dos años para ponerse a trabajar en un depósito de comida para animales. Allí cargaba sacos, y le pagaban 1000 quesales al mes (125€) por una jornada de cinco de la mañana a seis de la tarde, seis días a la semana. De esta forma, y con gran esfuerzo, la familia ha logrado que todos y todas las hijas e hijos tengan la posibilidad de estudiar y salir del hoyo de pobreza y marginación en el que se encuentran.

Por eso cuando es preguntado por lo qué ha significado y significa para él y su familia la ayuda de la beca de SED, asegura que es un orgullo que le motiva a poner más de su parte y a aprovechar la oportunidad para poder lograr un buen trabajo y poder continuar sus estudios en la universidad. También es consciente de que sin la beca, no sabe dónde estaría, y seguro que sus notas serían mucho peores. Por todo ello está muy agradecido a SED y a quienes financian su beca.

Antonio Tejedor | Voluntario de SED

Siempre hay que seguir adelante, un ejemplo de esfuerzo y superación

Siempre hay que seguir adelante. Parece una frase muy lógica y bonita, pero cuando la dice un padre de familia con diez hijos que con los escasos recursos que saca de trabajar la “milpa” (pequeñas tierras) está logrando dar estudios a sus diez hijos e hijas, la frase cobra un significado mucho más especial si cabe.

La protagonista de esta entrevista es Mirsa Jeanette Morales, alumna del ITECK en Guatemala, que está a punto de graduarse como Perita en Administración de Empresas, y que en un momento llegó a ver peligrar su acceso a los estudios porque su padre no se lo podía permitir. Fue en ese momento cuando la beca de la ONGD SED solucionó el problema, y Mirsa pudo seguir formándose. En la actualidad, está a dos meses de cumplir su objetivo, de graduarse.

“Tal vez en un futuro yo pueda ayudar a los que pasan por las dificultades que yo he pasado”

¡FELIZ GRADUACIÓN MIRSA! Desde SED esperamos que tu sueño de seguir estudiando en la universidad se convierta en realidad.

 

Antonio Tejedor | Voluntario de SED

Primeras sensaciones tras la vuelta

 

Después de cinco semanas fuera de nuestro hogar, país y familia, ha llegado la hora que en un primer momento parecía tan lejano, pero que echando la vista atrás, ha transcurrido en un abrir y cerrar de ojos, volver a España.

Ahora es cuando nos sentimos “raros” dentro de nuestras propias casas, y la razón es que ahora un pedazo de nuestros corazones, ha decidido quedarse en la maravillosa Guatemala.

Han sido tantas experiencias y momentos compartidos, que resultaría complicado narrarlos uno a uno. Pero vamos a intentarlo, al igual que hemos hecho en la escuela Marista, abrirnos y haceros sentir esta experiencia tál y cómo la hemos vivido:

Por un lado la apertura y accesibilidad, que aunque no  fue desde un primer momento, tanto los alumnos de PrePrimaria, Primaria, Básico (ESO) y Bachillerato, han mostrado hacia nosotros. Multitud de situaciones personales y familiares que les abordan, acontecen y con las que deben lidiar diariamente. Aún así día a día nos han regalado una sonrisa, palabras, gestos o un presente como muestra de agradecimiento, y lo peor de todo es… que sólo nosotros podemos darles las gracias por el tiempo compartido. Son niños, adolescentes…  todos maravillosos que día a día te enseñan que el mayor regalo se encuentra en las cosas más pequeñas y cotidianas de la vida. Cómo con menos siempre es más, y cómo en la búsqueda de la verdadera felicidad no existe en muchas de las cosas de las cuales nosotros seríamos incapaces de desprendernos.

La Comunidad Educativa siempre preocupados e interesados, tanto en nuestro estado anímico, personal, profesional, y muy conscientes de las individualidades de cada uno de sus alumnos. Por otro lado el interés mostrado en que conociésemos su maravillosa cultura, país y facilitándonos el poder conocer lugares con un encanto especial.

Por otro lado, la increible labor que realizan los Hermanos, no sólo en el propio colegio sino en la zona 6. El carisma Marista presente en todo su explendor: sencillez, cercanía y espíritu de familia. Preocupados e involucrados en todos lo ámbitos del colegio, siguiendo la consigna de nuestro Padre Fundador, San Marcelino Champagnat:

“Un mismo corazón y un mismo espíritu”

Siendo participes en todo momento de la vida del colegio, y luchando diariamente en contra de las adversidades que van surgiendo en el día a día.

Gracias otra vez por la acogida tanto en el colegio, como a la Comunidad de Hermanos, compartiendo desde el tiempo de oración o paseos por Guatemala a muchas y muy divertidas sobremesas. Gracias por enseñarnos tanto vuestro buen hacer, como la obra misión y valores que tanto Hermanos como Laicos debemos compartir. Gracias por vuestras palabras, gestos y trabajo bien hecho.
Muchos Hermanos y voluntarios de SED ya nos avisaron que Guatemala nos encantaría, pero nadie nos advirtió de que nos enamoraríamos de ella y la echaríamos de menos tan pronto.

Gracias a TODAS las personas que han hecho posible llevar a cabo esta aventura y por supuesto a todos los que de una u otra forma, habéis formado parte de ella. Porque esto no es una despedida, es simplemente un hasta luego. Os llevamos en el corazón, y ¡Gracias por compartir!

Conchi y Raúl.

Mujeres trabajando para mujeres

MUJERES TRABAJANDO PARA MUJERES

-Oye seño,- me pregunta una de las madres de la escuela- ¿Cuántos años tiene usted?

Yo cincuenta y tres- le respondo con naturalidad.

¡Ah, entonces usted se va a morir ya pronto!- responde ella con la misma naturalidad.

¿Yo?  ¿Por qué quiere que me muera ya?. Me quedan todavía muchas cosas que hacer. No pienso morirme por lo menos hasta los ochenta años- digo yo sorprendida.

Ella me dice que no quiere vivir tantos años. ¿Para qué si ya tendrá sus hijos criados?

Durante estos días he comprendido después de muchas charlas con ellas el porqué de esas ganas de morirse tan pronto.

Sus padres conciertan su matrimonio bien jovencitas, la mayoría de las veces con un hombre al que no conocen.

Se casan y se van a vivir a casa de sus suegros donde la suegra le enseña “como cuidar de su marido”

Si su marido trabaja, el jornal se lo tiene que dar al suegro que es el que administra los gastos de la casa.

Cuando la suegra decide que ya está preparada para atender bien a su marido, pueden pensar en independizarse. Entonces empiezan a ahorrar (si tienen jornal) para hacerse su casa. Si su marido no trabaja, tendrá que seguir bajo el mando de sus suegros

Mientras, se llenan de hijos que tienen que criar ellas solas, con poca ayuda de los padres. En muchas ocasiones son engañadas por sus maridos y violadas, ellas no deciden cuándo  ni cómo.

Desconocen tantas cosas que te quedas sorprendida cuando hablas con ellas.

En definitiva, todos menos ellas deciden qué hacer con sus vidas.

¿Qué harías tú en su lugar? ¿Quisieras morir pronto?

Trabajar para y por ellas es uno de los objetivos de FUTURO VIVO

Por ellas y para ellas va este video.

Silvia Fondón

CTM Samac

 

Copyright © 2014. Todos los derechos reservados. Desarrollo web: www.startidea.es