CTM Guatemala

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“Tuve una etapa crítica”
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“La beca de SED fue la respuesta de DIOS a mis súplicas”
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Haciendo familia
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Aprendiendo a emprender
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“La beca me ha ayudado a crecer como persona”
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12 años después
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¡Todo aquí, ilusiona!
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Pero son felices… ¿O no?
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Los sueños, a veces, se cumplen
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MA SA LA CH’OOL

“Tuve una etapa crítica”

Lesly es una alumna 6º de Administración de Empresas del ITECK, que se gradúa en octubre de este año. Tiene 18 años y vive en uno de los cantones cercanos a Chichicastenango. En la familia son cinco hermanos, de los cuales ella es la mayor. Su padre es albañil y su madre ama de casa.

“Con los estudios cuando llegué a 4º al ITECK tuve una “etapa crítica” (confiesa con una sonrisa pícara). Debido a la pandemia y a ser nueva en el ITEK no supe controlarme y organizarme. Me afectó mucho el cambio de colegio y mis estudios se descontrolaron. Mis padres me dijeron que no me rindiera nunca y con su apoyo, junto con el de mi familia y del ITECK, que también me apoyó mucho, logré salir adelante. Los profesores me dieron mucho apoyo telemático, pude recuperar y ponerme al día. Gracias a Dios estoy ya recuperando todas las notas”.

Cuando le pregunto a Lesly cuáles son sus planes de futuro me dice:

“Con mi hermanita, que estudia también en el ITECK y se graduará el año que viene, queremos montar una empresa textil. A mí me llama mucho también el campo de la tecnología, un día de estos decidiremos por cuál de los dos campos nos decidimos”, dice sonriendo.

Al preguntarle qué ha supuesto para ella la beca de SED me dice:

La beca ha sido una gran ayuda. Gracias a ella he podido salir adelante. Y no ha sido solamente una ayuda para mí sino también para toda mi familia. No tengo con que pagarles lo que han hecho por mí y por mi familia, a pesar de que incluso mis comienzos en el ITECK no fueron buenos y tuvieron mucha paciencia conmigo”.

“Son ustedes unas grandes personas que ayudan a mucha gente. Gracias a ustedes muchas personas han salido adelante. Quiero ser empresaria para poder apoyar a otras personas como ustedes me han apoyado a mí. Que Dios les bendiga y que les vaya muy bien en la vida”.

 

Da gusto escuchar a Lesly, la autocrítica que ella hace de su propio trabajo en el ITECK. Su definición de “etapa crítica” refiriéndose a su adolescencia y las dificultades del cambio de colegio son geniales. Pero lo mejor, como supo buscar ayuda y reaccionar, así como las ganas de ayudar a los demás para agradecer lo que le han ayudado a ella.

 

Antonio Tejedor | Voluntario de SED en Guatemala

“La beca de SED fue la respuesta de DIOS a mis súplicas”

Es un regalo de Dios poder compartir con los becados y becadas de SED y escuchar cómo valoran ellos la ayuda en estos años tan difíciles de pandemia que han atravesado.

Cuando le he preguntado a Hílary cómo valoraba la beca de SED, aseguraba:

“Ha sido una BENDICIÓN para la familia. Mi madre es profesora de un colegio público y al cerrarse durante la pandemia, la despidieron. Mi padre se puso a trabajar en una empresa y también le despidieron por cierre. Aceptaba cualquier tipo de trabajo con sueldos muy bajos. Para colmo mi padre enfermó de COVID y yo estaba muy asustada. Me sentía un poco acorralada, desanimada, pero todo tenía un por qué, y yo había puesto mi confianza en Dios en estos momentos tan difíciles. Entonces los Hermanos Maristas me comunicaron que me habían concedido la beca. Era la repuesta de Dios a mis oraciones”.

“Mi futuro pasa por emprender. La contabilidad me llama mucho la atención y yo quiero tener mi propia empresa en el campo de la ropa, en especial de mujer”.

 

No hay duda de que con tanta fuerza personal y con la ayuda de sus padres y de Dios, en quien tanto confía, saldrá adelante con sus sueños y su empresa. ¡Así lo deseamos!

 

Antonio Tejedor | Voluntario de SED en Guatemala

Haciendo familia

Para las hermanas es importante formar una gran familia donde todos sus miembros (padres, madres, alumnos, maestras, personal no docente…) se sientan queridos y arropados en los buenos y malos momentos.

Verlos trabajar unidos, compartiendo momentos duros como una gran familia, es impresionante.

En el colegio de Guatemala capital, es algo que se evidencia solo con poner un pie en la escuela. Se respira familia desde cada uno de sus rincones. Los profesores están muy implicados en su labor académica y de acompañamiento a niños y padres.

Se empieza la mañana dando los buenos días, uno por uno, a cada uno de los alumnos que entran en la escuela y todo lo demás fluye.

En la escuela de Samac comienzan a verse sus frutos. Está siendo más complicado porque los indígenas están menos acostumbrados a las muestras de cariño pero, poco a poco, se van abriendo.

Con los niños es muy fácil, ellos te reciben con un caluroso abrazo y te regalan miles a lo largo de la jornada.

Todo esto, se ha evidenciado en la fiesta del Carmen, patrona de Futuro Vivo.

Todos y cada uno de los miembros de esta gran familia ha colaborado en su preparación y la asistencia ha sido increíble.

Estaban deseando retomar la fiesta después de estos años tan duros de pandemia y el cariño hacia las hermanas ha sido impresionante.

Los profesores han preparado toda la decoración para la Eucaristía.

Los padres de familia han preparado la decoración de los andas con la Virgen, la “refracción” y el “torito” para el fin de fiesta.

Los niños han preparado las canciones, las lecturas, ofrendas…

El ambiente ha sido de fiesta y las hermanas han recibido todo el cariño del mundo que las ayuda a seguir adelante día a día a pesar de las dificultades que surgen por el camino.

Yo me siento parte de esta familia aunque sea como “hija adoptada” y me siento muy orgullosa de poder compartir cariño durante estos días.

Gracias, una vez más, Caty, Saviana, Alta y Uti por acogerme cada año y dejarme regresar a “mi casa” una vez más.

 

Silvia Fondón | Voluntaria de SED

Aprendiendo a emprender

Por fin pudimos llegar hasta nuestra querida Guatemala. Tras casi tres años de pandemia y COVID, volvemos a nuestra segunda casa aquí en Chichicastenango, donde las cosas al igual que en el resto del mundo se han ralentizado por culpa del coronavirus y todo lo que han supuesto las medidas de protección y cuidado de la salud para grandes y pequeños.

Ahora en el ITECK es época de exámenes y para algunos, los de 6º el final de curso y de ciclo, aunque la graduación será en octubre. Los alumnos y alumnas andan atareados con la preparación de los exámenes y se les ve con ganas de empezar la semana de evaluación.

El director del ITEC, el profesor Osman, nos propuso a los voluntarios de este año ofrecer a los chicos de último curso que ya se gradúan y terminan su paso por el Instituto, una charla sobre “Emprendimiento y futuro académico” en un momento de cambio de ciclo para ellos.

Tres de los voluntarios: Luis Ramos, Inmaculada Maillo y yo misma preparamos con mucha ilusión y en plan testimonio personal, algunas ideas y argumentos de lo que nos ha ayudado a nosotros a estar donde estamos, tanto profesionalmente como personalmente.

Intentamos trasmitirles, cómo las dificultades del camino se resuelven y diluyen contando con las fortalezas y dones que poseemos en nuestro interior y que a veces pasamos por alto. Con el acompañamiento de profesores y compañeros y con el esfuerzo y la perseverancia en un objetivo concreto y real.

Muchas de sus barreras son económicas y la mayoría, al igual que ocurre entre otros muchos jóvenes, son el miedo a la incertidumbre laboral y al futuro incierto tras la pandemia. Utilizamos las nuevas tecnologías para interactuar con ellos a la hora de analizar las cualidades, los miedos y las fortalezas que los jóvenes temen y ver cómo superar las barreras y dificultades.

Tras la charla algunos de ellos se interesaron por las oportunidades de becas de estudio en universidades para poder seguir formándose y superando obstáculos para alcanzar sus sueños.

 

Alicia Tejedor Bachiller | Voluntaria de SED

“La beca me ha ayudado a crecer como persona”

Alicia Manuela Chicoi Tiriquiz es una de las personas que disfrutan de una de las becas de excelencia de la ONGD SED, y gracias a la beca está estudiando en la Universidad Rafael Landivar el grado de Psicología.

En la actualidad tiene 25 años y vive en uno de los barrios de Chichicastenango, el cantón de Chulumal. Fue alumna del ITECK y fue seleccionada como una de las candidatas a la beca de excelencia para continuar en la URL.

“Mis padres son agricultores, no tiene estudios por los estereotipos de su época. Somos cuatro hermanos, por lo que yo no podía seguir estudiando por falta de recursos. Pero tuve la suerte de que el H. Miguel Ángel me facilitó la beca de SED y ya estoy a punto de acabar mis estudios de Psicología.

Al terminar en el ITECK he seguido colaborando con los grupos de formación de jóvenes del centro, los grupos REMAR, así como echando una mano a los Hermanos cuando hace falta.

Agradezco mucho a las personas de SED que me han ayudado sin conocerme y ser de otro continente. Me han ayudado mucho a crecer como persona y a vencer estereotipos que hay en mi familia por ser mujer. Yo estoy intentando ayudarles a superarlos, para que mis hermanos más pequeños puedan elegir lo que ellos quieran para sus vidas.

Animo a las personas de SED que han financiado mi beca a que sigan ayudando a otras personas, y desde aquí les mando un abrazo muy fuerte

¡MUCHAS GRACIAS!”

No dejéis de escuchar su testimonio:

 

Antonio Tejedor Mingo | Voluntario de SED

12 años después

Ha sido emocionante volver a la Pirraya doce años después en la misma barca de transporte escolar que SED financió para que los niños y niñas de esta islas y de otras islas de la bahía de Calinisco pudieran seguir los estudios de secundaria en la costa, así tener acceso a la universidad y a cumplir sus sueños.

La motora realizaba cada día el transporte de los niños y niñas desde la Pirraya y las otras islas hasta Puerto Parada, que es donde estaba el colegio de secundaria. Hoy el Gobierno ha creado un colegio en la Pirraya, y ya los alumnos y alumnas no tienen necesidad de trasladarse.

SED donó la motora a la comunidad de la Pirraya y en la actualidad sigue prestando servicio de transporte desde la isla a Puerto parada a las personas de la isla.

Podéis ver la historia de esta motora de “transporte escolar” en la primera parte del siguiente VÍDEO.

Pero el servicio que ha dado durante estos años ha permitido que muchos niños y niñas hayan podido terminar sus estudios y acceder a la universidad, o a estudios de formación profesional, para hacer realidad sus sueños de bióloga marina, enfermera, médico, mecánico o gestor de sus propios proyectos de emprendimiento…

Antonio Tejedor | Voluntario de SED

¡Todo aquí, ilusiona!

Es una pena que, con la vida que llevamos, muchas veces hayamos perdido la ilusión por las pequeñas cosas del día a día.

Tenemos tantas cosas que, en muchas ocasiones, no apreciamos los pequeños momentos que la vida nos proporciona.

Nuestros hijos, y nosotros mismos, nos hemos acostumbrado a tener casi de todo y es difícil sorprendernos.

La capacidad de ilusión de los niños de la comunidad de Samac, es infinita. Su vida está llena de pequeñas ilusiones que, a mí, me dejan con la boca abierta.

Poder comer dos veces al día es como para nosotros acudir a un bufet. No se dejan nada. No retiran lo verde o lo rojo como hacen nuestros niños en el comedor del colegio. Todo alimenta, todo está rico. Quién sabe si por la noche habrá cena.

Utilizar cubiertos es toda una novedad. En sus casas no tienen, comen con las manos. Obligarles a utilizarlos en la escuela fue todo un reto que, aún hoy, les cuesta. Pero les resulta muy divertido aunque, en ocasiones, si el hambre aprieta, vuelvan a las manos.

Que salga agua de un grifo es pura magia. Todavía recuerdo sus risas cuando lo vieron por primera vez en la escuela. Hoy todavía, pasan varias veces por el baño por el simple hecho de ver salir el agua. Y de la taza del wáter ni hablamos.

Un abrazo, una sonrisa, es algo que a diario reclaman grandes y pequeños. Incluso las maestras necesitan de esa atención especial de alguien que viene de fuera, simplemente, a estar para que sepan que existen para el resto del mundo.

Montar en un columpio es como ir a Disneylandia. No sabían ni utilizarlo pero ahora se pelean por conseguir un sitio. Hubo que enseñarles cómo se podían columpiar.

Un “carro” que les vaya a buscar a sus aldeas (las que tienen acceso) para que no tengan que bajar a la escuela caminando bajo la lluvia y pisando lodo, se convierte en un bonito viaje lleno de risas y canciones.

Leer en un libro con páginas de colores es increíble. Es como si acabaran de descubrir el rojo, el verde, todos los colores… Suelen tener libros fotocopiados y que les hayan llegado “libros de verdad”, es pura fantasía.

Ver una película con un proyector, ni os cuento. Se sorprenden ante cosas que no sabían que existían: semáforos, parques, piscinas, edificios enormes, playas… Los ojos se abren enormes para empaparse de todo y preguntar por todo ese mundo que se les muestra en la pantalla. Un mundo fantástico, mágico, increíble…

Poder trabajar con una “computadora” en la clase, ha sido una de las actividades más deseadas. De pronto se ven capaces de encender y buscar información en ese aparato que nunca antes habían visto. Su felicidad es infinita y su destreza increíble.

Pero lo más increíble que he visto, fue cuando les regalaron un lapicero y un sacapuntas. Sus caras te decían que no hacen falta muchas cosas para hacer feliz a un niño. Era como si les hubieran regalado el IPAD de última generación.

Quizás, en el primer mundo, estemos equivocados al ofrecerles a nuestros niños tantas cosas.

Quizás deberíamos “racionarlas” para mantener la ilusión y hacer que valoraran más las pequeñas cosas de la vida.

Quizás no sea demasiado tarde.

Por esto y mucho más, me encanta venir a Guatemala.

Vuelvo a sentir la ilusión por las cosas pequeñas que la vida te ofrece, como la sonrisa de un niño o su mirada tan limpia.

 

Silvia Fondón | Voluntaria de SED

 

Pero son felices… ¿O no?

Según la RAE la felicidad es:

  1. Estado de grata satisfacción espiritual y física
  2. Persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz
  3. Ausencia de inconvenientes o tropiezos

Cuando yo regreso a España, después de mi tiempo en Guatemala, y enseño las fotos, me suelen decir: ¡Ah, pues parecen felices! ¡Claro, no echan de menos las cosas que no tienen!

Efectivamente, no echan de menos la PSP, la Nintendo, tres pares de zapatillas, los bocadillos de jamón, ir al cine, una bicicleta… Pero…

¿Creéis que un niño es feliz cuando no tiene comida en casa?

¿Creéis que un niño es feliz cuando tarda dos horas en llegar a la escuela caminando bajo la lluvia y el sol?

¿Creéis que un niño es feliz cuando sale de la escuela y, en lugar de jugar, trabaja recogiendo café o lavando trastos y ropa?

¿Creéis que un niño es feliz cuando lleva unos zapatos por donde entra el agua y el barro?

¿Creéis que un niño es feliz cuando el suelo de su casa es de puro barro, sus paredes de madera y comparte cama con cuatro personas más?

¿Creéis que un niño es feliz cuando no hay cuarto de baño en su casa, ni agua potable, ni luz?

¿Creéis que un niño es feliz cuando sus dientes se pican y no vuelven a salir y no pueden masticar y disfrutar de la comida?

¿Creéis que un niño es feliz cuando enferma y no recibe la atención médica adecuada?

¿Creéis que un niño es feliz cuando abusan de ellos hasta sus propios familiares?

Creo que la felicidad va unida a la dignidad y estos niños y niñas no tienen ni siquiera lo básico (casa, comida, atención médica y protección) para vivir dignamente.

No, no son felices, pero cualquier pequeño detalle que tenemos con ellos les hace vivir UN MOMENTO FELIZ: un lápiz, una sonrisa, una canción, un abrazo…

¿Tan difícil es que TODO SER HUMANO TENGA UN MÍNIMO DE DIGNIDAD?

Hablad a vuestros hijos, que no cierren los ojos ante realidades que conviven con ellos. Hagamos de ellos una herramienta que contribuya a hacer este mundo más digno.

Yo SUEÑO con un mundo mejor para todos, y, A VECES, los sueños SE CUMPLEN. ¡Quién sabe!

 

Silvia Fondón | Voluntaria SED

Los sueños, a veces, se cumplen

De nuevo aterrizo en Guatemala para compartir vida con la que ya forma parte de mi familia, la familia de FUTURO VIVO.

Hoy regreso a la escuelita que vi nacer hace ya seis años. A la escuelita y la gente que me enamoró, amor a primera vista. Y cuál ha sido mi sorpresa que, después de varios años, hoy, me sorprendo llorando de pura emoción.

Hace unos años, decidí vivir la experiencia del voluntariado y, en ningún momento pensé que, seis años más tarde (solo falté el año del confinamiento) seguiría pasando mis veranos en estas tierras de Alta Verapaz.

La escuela ha ido creciendo. Comenzó en dos casitas de madera y recuerdo, como si fuera ayer, a la hermana Uti señalando un terrenito diciéndome: Allí construiremos una bonita escuela, una escuela digna para darles la posibilidad de un futuro mejor a estos niños y niñas.

Hoy, al llegar y ver a tantos niños recibiéndome con cariño y alegría, me he acordado de aquel momento y me he emocionado al pensar: estas cuatro hermanas son increíbles, han hecho realidad su sueño y el sueño de muchas familias.

Y lo mejor de todo, es que me han dejado compartirlo con ellas. Gracias Uti, Alta, Cati y Savina por SOÑAR.

 

Silvia Fondón | Voluntaria de SED

MA SA LA CH’OOL

MA SA LA CH’OOL (Cómo está tu corazón)

Así comienzan todas mis mañanas en la escuelita. No hay mejor manera de comenzar cada día.

Mi corazón está muy bien. Latiendo a tope después de estos maravillosos días de aprendizaje continuo.

Sin parar de sorprenderme por algunas cosas que veo, escucho y vivo.

Ya va tocando despedirse porque, aunque me quedan todavía unos días para regresar, mi cabeza empieza a hacer balance. Como dice la hermana Caty, me he licenciado en TODOLOGÍA.

Mi primera misión ha sido la escuelita. He estado dando clase de refuerzo a los niños en comprensión lectora y expresión oral.

Como ya os he dicho, estos niños hablan q’ eqchi y el aprendizaje del castellano (castilla le llaman ellos) es fundamental para poder seguir sus estudios después de primaria y para poder acceder a cualquier trabajo fuera de sus aldeas.

Con el cierre de los colegios durante esta pandemia, los niños y niñas se han retrasado mucho pues en sus casas no hablan castellano. El retraso es enorme y es necesario ponerles al día.

Los colegios de niños de clase alta, han estado funcionando vía online. Los niños de Futuro Vivo Samac no han podido hacerlo.No tienen conexión y mucho menos dispositivos.

La brecha se va a hacer muy grande y estos niños, lo van ha tener todavía más difícil. Pero hay que seguir adelante, no se puede tirar la toalla.

La escuelita sigue creciendo. Además de las aulas,un gran comedor con una cocina bien equipada (se recuperaron casi todos los electrodomésticos después de la inundación. El horno se estropeó sin estrenar y la “refri” hace un ruido infernal pero funciona) y la clínica. Están acabando de levantar un salón para los talleres que se hacen con los padres: reuniones, charlas, alfabetización…

Solo queda ir poniéndolo bonito y, ahí, también me han dejado participar.

He estado pintando las paredes hasta donde me ha dado tiempo. No solo las he llenado de dibujos, también he “repintado” las que estaban más dañadas.

He convencido al equipo de profes para que me echaran una mano y ha sido muy divertido. Para poder hacerlo, los padres me han fabricado un bonito andamio de madera.

El año que viene seguiré dejando mis dibujos por las paredes que quedan.

Algunos niños llegan a la escuela por caminos sin acceso para los coches. Luvia, con 9 años, se levanta a las cinco y media de la mañana para llegar a tiempo a sus clases. Desayuna, se pone su bonito corte y se lanza a un camino lleno de lodo durante una hora y media para llegar puntual.

Los alumnos que viven en zonas con acceso, tienen más suerte. Las hermanas han organizado una ruta escolar con un picot que le donaron. Tuvieron que despedir al conductor (no viene al caso contar las razones) y me tocó ser el chófer de la ruta. Así que, antes de empezar mis clases, me dediqué a recorrer esos bonitos e intransitables caminos en busca de los peques. Fue divertido llevarles cantando durante todo el camino.

En algunos caminos, la sonrisa por fuera pero sudando la gota gorda. ¡Menudos caminitos me encontraba! Con las lluvias pasadas y las actuales, en algunas zonas el camino estaba bastante dañado. ¡Ríete tú del Dakar!

 

La formación del profesorado ha sido también parte de mi función. Aprovechando mi estancia, les he dado un taller formativo a los profes los viernes. En total han sido tres viernes en Cobán  y el cuarto en el colegio de Futuro Vivo de la capital.

Las hermanas son muy creativas y sus colegios funcionan de maravilla. Son creativas y ocurrentes en sus clases y así quieren que sea también en Samac.

La formación de las profes de Samac es más floja. Son profesoras indígenas que han sufrido lo mismo que sus alumnos. Estar a su lado y compartir mi experiencia como maestra ha sido fantástico. Tienen ganas de aprender y hacer las cosas bien. Espero haber podido aportar un poquito de magia a sus clases. Ellas siempre me reciben muy bien.

Un año más, me llevo mucho más de lo que doy. Me voy con el corazón lleno de cariño y mucha calma por dentro. Animo a todas las personas que lean este blog, a que tengan una experiencia de voluntariado.

La mirada se transforma. El mundo se ve con otros ojos. El cambio es posible, pero se necesitan muchas manos para poder moverlo. ¿Te animas?

No pretendemos cambiar el mundo, solo hacerlo un poco más amable para todos, un poco más digno.

Gracias, un año más, a las hermanas Uti, Caty, Savina y Alta por lo que hacen, por lo que viven, por lo que aman. Gracias por dejarme formar parte de ello y hacerme sentir como una más.

Gracias, gracias, gracias, gracias……. eternamente.

 

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