CTM Bouaké

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¿Qué queda al final?
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El gran juego… de la vida
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Cuadro de honor
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Volviendo a cruzar puentes después de la COVID-19
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Vuelta al color
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El hechizo de la sonrisa en Ayaoú Sokpá
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Brazalete de emociones
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Faim “zero”
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ODS: la cadena de unión de los CTM de SED
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Akwaaba va

¿Qué queda al final?

Hemos terminado. Se ha clausurado la “Colonie Champagnat 2022” con una bonita fiesta donde no faltó de nada: regalos, bailes, música a tope… Se proclamaron las puntuaciones de los distintos equipos y hubo felicitaciones para todos. Para el cierre de actividades se reservó el teatro.

Cada grupo, en días anteriores, preparó una representación. El propio “jefe” de grupo dirigió los ensayos. Hoy llegaron provistos de sus disfraces para recrear la historia. Fueron 10 historias diferentes pero coincidentes en la temática. Yo no salía de mi asombro. Viendo mi extrañeza, el coordinador de la “colinie” me dijo: Es realmente lo que viven en sus casas, en sus ambientes.

Os cuento. Todos los equipos eligieron casos de niños o niñas que no pudieron estudiar, no les fue posible aprovechar la formación de la escuela. El primer grupo nos representó la historia de una niña, muy lista, que todos los días pasaba delante de la clase cargada de frutas para vender en el mercado. Se detenía en la ventana escuchando a la profesora muy interesada en lo que explicaba. La profesora se interesó por su problema y decidió buscar a la familia para que escolarizara a la niña. Encontró a sus padres pero no lo consiguió.

El segundo equipo lo puso más trágico. El caso de una niña que disfrutaba en la escuela con sus compañeros y aprovechaba la educación del profesor. Un día su padre volvió a casa y preguntó a la madre dónde estaba la niña. Al saber que iba a la escuela, enfadado fue y a la fuerza, la saco de clase. La razón es que el padre decía que su sitio era el campo. Trabajar duro para sacar dinero para la familia.

Así fueron los distintos equipos pasando delante de los compañeros. El siguiente caso que nos presentaron fue el de un niño que se dormía en clase. El profesor no entendía el por qué. Los compañeros se reían del “dormilón” pero al final todo se aclaró. Al niño le encargaban todas las faenas de la casa, barrer, traer agua, limpiar y limpiar, cavar en el campo… estaba tan falto de todo y cayó enfermo. Al fin sus padres entendieron que debían cuidarlo más porque al fin y al cabo aún era un niño.

El resto de las 10 historias fueron en la misma dirección. El final de cada representación fue recordar al público que los niños y niñas tienen sus derechos y que todos los debemos respetar.

Y añadían la coletilla: las autoridades deben conseguir que esos derechos se cumplan y sino, llevar a prisión a quienes no los respeten. Dura conclusión pero habla claramente de lo convencidos que están estos niños de que los derechos de la infancia son importantes. Repitieron una y otra vez: Los derechos de los niños y niñas son deberes para todos y todas.

Después de la sesión de teatro nos felicitamos y felicitamos a los hermanos y profesores del colegio por haber sabido imbuir, en los niños y niñas, el valor de los derechos en la conformación de una sociedad mejor.

Terminó este campamento urbano en Bouaké. ¿Qué nos queda? La convicción de que con estos niños y niñas así formados, se refuerza la esperanza de un futuro feliz y próspero para las nuevas generaciones.

 

Javier Salazar | Director de SED

El gran juego… de la vida

Casi tocamos el final de la Colonia Champagnat 2022 y por fin llega el «Grand Jeux». Después de varias tardes trabajando para que esté todo listo, los niños, sonrientes y profundamente felices, han pasado una jornada memorable. El juego del lanzamiento de pelotas ambientado con el payaso nos recuerda cuán importante es la risa como antídoto para todo.

Hacer equilibrios pasando por la escalera y los obstáculos nos invita a ser conscientes de que, después de las dificultades, viene la victoria. Y, de entre otros muchos, subrayamos el juego de la telaraña, el cual nos insta a tejer hilos que nos conecten a las personas, hilos de fraternidad. Con el espíritu convicto de que todos somos uno, vamos teniendo la mirada puesta en la próxima parada: los poblados.

 

Marcos Ibiza | Voluntario de SED

Cuadro de honor

Y estábamos dentro. En la parroquia de Saint Marie de la Zonne, en Bouaké, es el día de cierre del año pastoral. Estamos llegando al final de la eucaristía después de cuatro horas de ceremonia. Eso sí, todo muy bien organizado, ambientando, casi como en el Vaticano: cuatro curas, tres corales, innumerables monaguillos, incienso… Una acción de gracias por el curso pasado, por la fe compartida expresada con cantos y danzas. Una celebración que fortalece la comunidad.

Allá estábamos los voluntarios de SED y la comunidad de hermanos Maristas y se nos nombró para salir a recoger un cuadro de honor. Lo hizo el Hno. Germain, Director del Colegio Champagnat de la ciudad. Un reconocimiento por la presencia de la comunidad de hermanos en la parroquia y su colaboración en la vida de esta comunidad de fe.

Ya durante las palabras del celebrante, éste recordó como hecho significativo en el año, el sondeo en busca de agua potable que gracias a los maristas y a SED se había realizado. Gracias a ello dijo, tienen ahora acceso a agua en la parroquia, y personas de todo el barrio y de toda la ciudad vienen a llenar sus bidones para poder abastecer a sus familias. Pero fue en el momento de entrega de menciones de honor a distintos colaboradores de la parroquia, cuando se destacó más expresamente lo que significa poder disponer de agua en defensa de la salud, la higiene y la vida cotidiana en el hogar. Hubo aplausos y gritos de asentimiento.

 

Al terminar en la Iglesia saludamos al clero y volvieron las muestras de reconocimiento a esta acción solidaria de SED. Con la cámara dispuesta nos acercamos al pozo, allí un cartel da testimonio de nuestra obra. El sistema “de l’eau potable” se compone del pozo de 70 metros de profundidad, un depósito en alto para asegurar la presión y varias tomas de agua una de ellas a disposición del de quien lo necesite.

En el entretanto llegaron mamás con sus niños a la espalda y los bidones en la mano, jóvenes con recipientes al hombro, niños y niñas con sus botellas… Es evidente que en la rutina diaria se guarda un tiempo para acudir a la parroquia de Sta Marie de la Zonne para abastecer de agua. Como miembros de SED, ser testigos en directo de la realidad  de este proyecto, nos alegra y refuerza nuestra voluntad de estar cerca de los vulnerables y desatendidos de nuestro mundo.

 

Javier Salazar | Director de la ONGD SED

Volviendo a cruzar puentes después de la COVID-19

Este año hemos venido de nuevo a Costa de Marfil. Llevamos ya 10 días de estancia tanto el hermano Pencho como una servidora (Dori). La idea de volver a relanzar los campos de trabajo de voluntariado, así como volver a tomar contacto con los hermanos y los socios locales del lugar, nos animó a decidirnos por hacer este viaje, en el que además estamos revisando los proyectos que tiene SED en el país.

Estos 10 días que llevamos residiendo en la comunidad de los hermanos Maristas de Bouake nos están abriendo el corazón a muchas realidades que hasta ahora eran desconocidas para nosotros. En nuestras visitas para conocer los diferentes proyectos, siempre acompañados por el frére Pokou, delegado de SED en la Côte d´Ivoire, hemos conocido las obras de nuestros socios locales. Realidades durísimas como las casas de acogida de la Asociación St. Camile para enfermos mentales, hombres y mujeres, donde acogen a las personas con problemas graves de salud mental que se encuentran en la calle, sin familia… personas que no quieren en los hospitales.

En su mayoría se encuentran en condiciones bastante extremas, comparables con las que encontrábamos hace 100 años en nuestro país. Hacinados en construcciones precarias, con falta de higiene, durmiendo en el suelo encima de una estera o paño de tela y con suerte algunos tienen un colchón malo donde poder acostarse.

Las personas que los ayudan y asisten tienen dificultades para poder darles de comer y para conseguir el tratamiento farmacológico que necesitan. Cuentan con muy poco personal sanitario proveniente de Cáritas, donaciones y colaboraciones de asociaciones y ONGs.

Además tienen acogidas algunas personas que han recogido en la calle, paralíticos, enfermos que de no ser por ellos morirán solos sin ayuda de nadie. Con cada caso se te rompe el corazón y piensas: cuánto nos quejamos nosotros y lo privilegiados que somos, solo porque hemos nacido en España.

La labor que realiza aquí en Bouake la asociación de St. Camile es encomiable. También cuentan con un hospital que SED apoya a través del proyecto conjunto “Garantizado el acceso universal a los servicios de maternidad en el hospital de la Asociación Saint Camille en Nembo, Bouaké”. Por otro lado, también nos han dicho que estarían encantados de recibir voluntarios/as sanitarios para trabajar con ellos. La hermana Elisa ha dejado claro que tienen “los brazos abiertos” para nosotros.

La comunidad de hermanos, como siempre, nos ha acogido muy bien. Su casa ha estado abierta para nosotros, lo cual agradecemos muchísimo. Otro día seguiré contando más cosas de las que estamos viviendo y experimentando pero queremos deciros que todo pequeño esfuerzo que hagamos por ayudar es un gran grano de arena para aportar aquí.

 

Adoración Muñoz | Voluntaria de SED

Vuelta al color

Los colores son la alegría de la luz… y creíamos que los habíamos perdido. En la pandemia perdimos mucho, sabor, olor… muchas vidas y hasta el color. Se pago con la alegría de la luz. Todo lo veíamos en el triste monocromático de un pesimismo vital. Y… ¿ahí se acabó?

Acabo de llegar a Costa de Marfil. Entre nuestro programa de voluntariado en este campo de trabajo-misión (CTM), está la colonia-campamento urbano de la ciudad de Bouaké. El comentario de los voluntarios, antes de empezar la jornada, era algo así como “se han perdido los colores, los materiales para colorear en el taller de esta mañana, no los tenemos. Después de estos dos años, vete a saber dónde se han quedado”.

Pero finalmente no, allí estaban los colores a cientos. Alguna mano celosa los guardo para tiempos mejores y ahora están ahí, sobre la mesa.  El grupo 4 me pide más colores, están preparando un bonito cartel. Me dirijo al montón de colores de la mesa y cuando levanto los ojos, destellos multicromáticos me impactan, descubriendo así que el hechizo se rompió.

La vida sigue, triunfó sobre la amenaza permanente de la COVID y los ojos del pequeño artista son la prueba. En su mirada un luminoso arco iris invita a recobrar la esperanza. Las manos de cada uno de estos niños y niñas van tejiendo con mil colores, un mañana mejor. Entre juegos, danzas y  pinturas, van obrando el milagro. En el lienzo de sus vidas se va plasmando una obra de arte: la fraternidad.

 

Javier Salazar Celis | Director ONGD SED

El hechizo de la sonrisa en Ayaoú Sokpá

Esta semana en el Centro Social que estamos levantando en el poblado de Ayaoú Sokpá, hemos sucumbido al hechizo de África; un hechizo en forma de cientos de sonrisas que nos han regalado niños y mayores de esta comunidad desde el amanecer al ocaso.

Un hechizo al que ninguno ha podido resistirse porque resulta imposible no entregarse al son de los golpes del tantán de la alegría y la generosidad que hemos recibido a cada minuto y que han alimentado nuestro ánimo y nuestra alma jornada tras jornada.

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Brazalete de emociones

En la Colonia de Bouaké, el trabajo de cada uno ha sido una colorida cuenta para componer una bella pulsera que se ha ido llenando día a día de colores y sentimientos que hoy queremos compartir con vosotros:

El verde  esperanza de Javier; verde en el folio del niño que pinta su árbol, en la mesa del grupo que construye su árbol reciclado en los carteles de los ODS que se han ido presentando en la Asamblea General de la colonia, en la alfombra que tapiza el colegio Champagnat; en los cantos, las danzas, el teatro… En definitiva, la naturaleza como protagonista. Todo dentro  del compromiso  la Agenda 2030, que pone el acento en la esperanza en un mundo justo y sostenible.

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Faim “zero”

La Colonia no es solo un lugar donde los pequeños juegan y se divierten. Es una escuela de valores, de vida, para ellos y para nosotros.

Kilos de sonrisas que alimentan nuestras almas cada mañana y nos recargan de energía el resto del día.

Faim “zero” (ODS1) no es sólo un objetivo para erradicar el hambre, sino que aspira a colmarlos anhelos espirituales que todos y en todo el mundo compartimos.

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ODS: la cadena de unión de los CTM de SED

SED apuesta por el compromiso con la agenda 2030 a través de la promoción de los 17 Objectifs de développement durable (objetivos de desarrollo sostenible) en sus Campos de Trabajo.

Y ello se traduce en las actividades con las que los voluntarios comparten sus ideales y los objetivos marcados en esta agenda.

En el caso de nuestro campo, Bouaké-Sakassou, ayer y hoy hemos reflexionado por grupos sobre estos objetivos, utilizando herramientas tales como puestas en común, construcción o elaboración de carteles, juegos diversos…

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Akwaaba va

En Baulé, la lengua que se habla en Bouaké, Akwaaba significa “bienvenido”.

La  bienvenida implica siempre un acto de fraternidad, una recepción gozosa a alguien que llega de fuera a un sitio extraño cargado de ilusiones sobre lo que le espera.

Este año, Costa nos ha recibido con agua, mucha agua; y esa lluvia nos ha llenado de ilusión, ha hecho evidente que el espíritu de Champagnat ha calado en  cada uno de los profesores, operarios y niños de esta colonia, donde, ante el contratiempo de la lluvia, todos a una hemos comenzado a achicar agua para preparar las actividades y donde bajo el manto de agua hemos bailado y cantado como si hiciera un sol de recibo.

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