A veces no es fácil

A veces, cuando compartes vida, no es fácil. En general todo se vive mucho más intensamente cuando estás de voluntariado, quizá porque sabes que es una experiencia que tiene fecha de caducidad, quizá por las ganas de aprovechar el tiempo al máximo y sacar lo mejor de ti… El caso es que lo bueno se hace grande, y cada pequeño paso es un gran triunfo, ya que las cosas en este lado del mundo van un poco más lentas; pero cuando llegan noticias no tan buenas, también se agrandan y hay días que es difícil sacar lo positivo.

Hoy quiero compartir con vosotros dos historias que me han tocado de cerca, que pueden ilustrar un poco algunas de esas noticias no tan buenas que desgraciadamente siguen sucediendo en Zambia.

La primera de ellas se llama Bupe (significa regalo en bemba). Es el nombre de una chica que conocí el año pasado, con la que compartí algunas semanas de mi estancia en Chibuluma. Este año no he podido encontrarme con ella, ya que falleció una semana antes de llegar yo. Tenía 16 años. Era una chica llena de vitalidad, que le encantaba bailar. La recuerdo sentada en la televisión viendo vídeos de cantos y danzas tradicionales, incluso intentó enseñarme a bailar. De repente, un día colapsó y no despertó jamás. Es una pequeña muestra de la fragilidad del sistema sanitario zambiano. De la dificultad que todavía tienen muchas personas en acceder a unos servicios básicos de salud. De lo injusto que puede ser la vida si eres una chica zambiana de 16 años.

La protagonista de la otra historia también es una chica, se llama Precious y tiene 19 años. Estudió en el colegio de Twayuka en Chibote y realizó la secundaria en St. Marcellins Secondary School, donde su madre desempeñó ciertos trabajos ya que no podía pagar la matrícula. Precious tiene 6 hermanos, su padre murió y su madre vende tomates en un pequeño mercado a la orilla del camino. Esta chica aprobó la secundaria con una distinción, sacando matrícula. Este año el gobierno la ha concedido una beca para que vaya a la universidad. La universidad en Zambia es muy costosa, para que os hagáis una idea, una carrera como magisterio puede costar unos 1.000 euros al año (para Zambia es muchísimo dinero) y medicina costaría unos 2.000€. Una vez concedida esa beca, Precious se ve en la situación de tener que pagar el registro (250€) y cada trimestre tendrá que pagar 200 € de alojamiento ya que la universidad se encuentra en Ndola. Imaginaros la impotencia de esta chica, de toda la familia, cuando a pesar de haber sido beneficiada con el 100% de una beca no podrá cursar sus estudios por falta de financiación. Ella no tiene 400 euros, es muy difícil conseguirlos cuando no tienes un empleo fijo, cuando no hay trabajo a tu alrededor. Otra situación injusta, esta vez, sobre el acceso al Derecho a la Educación. ¿Por qué nosotros podemos ir a la universidad y ella no? ¿Por qué es tan difícil? ¿Cómo puede costar tanto cumplir con los derechos de alguien?

Me alegra enormemente contaros que esta historia acaba bien, alguien la ha ayudado a pagar el registro y esta semana empieza las clases de medicina. Quizá sea la futura doctora de su pueblo, una persona bien cualificada y que trabaje por el desarrollo de pequeñas zonas rurales como Chibote, para mejorar la situación de su gente y dar un poco de esperanza.

Con estas dos historias he querido contaros un poco de esa realidad zambiana,  esa que a veces duele, esa de la que tenemos tanto que aprender, sobre todo para valorar nuestra situación, valorar lo que tenemos, sobre todo, a nivel de oportunidades. ¡Tener oportunidades es una riqueza tan grande!. No tenerlas, en la mayoría de las ocasiones, es sinónimo de pobreza. Por ello, os animo a seguir construyendo otro mundo posible, un mundo más igualitario y justo, un nuevo mundo donde chicas como Bupe o Precious tengan un camino diferente, lleno de vida y de esperanza.

 

Lucila Bergareche

Voluntaria de SED en Zambia

2 Comentarios

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  • Muchos porqués, muchas preguntas. Pero las respuestas las sabemos. La cuestión es si queremos formar parte de esa parte de la humanidad que utiliza todo su ingenio en mejorar solo su propia existencia. Animo. Me ha gustado mucho leerte. Gracias por compartirlo.

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