Os presento: Serendipia, Talit. Talit, Serendipia.
Hoy me he despertado feliz, muy feliz, ¿y sabéis por qué? Porque he soñado con Talit. Es un lugar tan especial que cada vez que se me viene a la mente se me dibuja una sonrisa en la cara. He soñado que volvía allí, a sentir el calor, a comer mangos, a intentar descifrar qué quiere decir cada una de las personas con las que me voy cruzando, a beberme todos los tés que te ofrecen en las casas… A, literalmente, temer por mi vida cada vez que voy por la carretera, a las misas en inglés y bengalí que hasta acabé “entendiendo”, a los ventiladores constantes, a las vacas y cabras en medio de cualquier lugar… Pero, sobre todo, soñé que volvía a convivir con las personas de Talit, con nombres y apellidos. Por eso, me he levantado tan contenta, porque de verdad me he creído que estaba allí. A principios de este curso, pusimos a la venta unas sudaderas con el fin de recaudar dinero para el Hostel. Cuando pensábamos qué diseño podíamos ponerle, se nos vinieron a la cabeza múltiples ideas, pero nos quedamos con la más sencilla, la que resumía lo que para nosotras significa Talit. Decidimos estampar la palabra “SERENDIPIA” junto con su definición: “Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual”. Para cada uno de nosotros, puede significar cosas distintas. Para Fleming, el descubrimiento de la penicilina; para Cristóbal Colón, el descubrimiento de un nuevo continente; el descubrimiento de las patatas chips