¡Nos sentimos como en casa!
Esta es la mejor expresión que se nos viene a la cabeza para resumir estas 3 semanas de voluntariado que se presentaba como diferente por el hecho de vivir con familias.
En estos días nosotros hemos hablado mucho sobre el sentimiento de acogida que sentimos desde que llegamos a Atlantis. Las inseguridades al salir de España o el miedo a no poder integrarnos en la vida de las familias y comunidad han desaparecido completamente.
Anna, que es la “madre sudafricana” de Rubén, es una mujer jubilada que se preocupa mucho por su familia y colabora activamente en las actividades de la parroquia. Siempre muestra mucho interés por nuestro país, por lo que estamos haciendo aquí en el crèche o en el colegio, por nuestra gastronomía,… Por otro lado, resulta muy interesante escucharla hablar de la historia de Sudáfrica o las dificultades y peligros que existen en Atlantis, aunque dice que con el apoyo de los vecinos se llevan mejor. Siempre está disponible y, como ella dice, sintiéndose un poco más feliz si puede ayudar a los demás.
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