Un tiempo de encuentro
Es difícil contar lo vivido en Bolivia cuando aún habiendo vuelto hace dos semanas, sigues sintiendo que una parte de ti sigue aún allí, cuando te levantas y sientes que estás en un sitio extraño, que tu lugar está a miles de kilómetros, que parte de tu familia se ha quedado allí.
Es muy difícil expresar en un papel lo que se siente, no solo estando en las comunidades, sino siendo parte de ellas durante un mes y medio, sintiéndote uno más, alguien a quien acuden y con quien comparten su vida y su realidad. Sentir que unas personas maravillosas diariamente te abren las puertas de su casa y de su corazón contrasta mucho con la forma que tenemos de ser aquí, en las ciudades, donde cada uno va a lo suyo y a veces ni conocemos a nuestros vecinos, ese sentimiento de comunidad y de que tú eres parte de ella.
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